junio 14, 2010

La esencia, se fue...

*:Alter - Focus:*

¿A dónde va la esencia que se ha perdido? -se cuestiona- una y otra vez, mientras mira el techo blanquecino, poco uniforme, tal y como los recientes acontecimientos inesperados.

Las noches se le diluyen en segundos y los días le asfixian las ganas. Algo pasa en los planetas -se justifica- y busca las fuerzas de su madre. Las suyas, se quedaron en una red atorada, de entre tantas que ha pasado últimamente, y la marea se ha negado a devolverlas.

Escucha, observa y su cabeza da mil vueltas. Cuestiona, pero ha aprendido a callar, a esperar los momentos precisos para salir de la invidencia. No parece nada sencillo, sin embargo, se mantiene.

Últimamente prefiere dormir o leer, pues son los mundos que le sanan las heridas en el alma. La fantasía tiene un sabor distinto, porque últimamente los días traen hiel.

Continúa con su impavidez a flote, ¿o será que la impavidez es el soporte
que sin querer aún le hace creer?

Dice la biblia que le enseñaron a leer en su niñez, justo en el Apocalipsis -recuerda-, que los días venideros no son sencillos, que los retos inician, que la esperanza muere y surgen decadencias mortales para todos.

No parece importarle, incluso le atrae esa posibilidad del exterminio -aunque se pregunta- ¿cuándo llegará? Las horas son cada vez más largas, el dolor de su corazón es aún más intenso. Todo parece interminable y lo vital, perece cuando menos lo espera.

¿Eso es la injusticia? ¿De qué se trata esta lamentable vida? -se recrimina-, mientras a la distancia, el sol deshidratante canta una canción de despedida, la misma que anhela tararear el día en que por fin, elimine su línea de los días.

Hoy sólo play dead...

junio 06, 2010

Desde sí…

*:Alter - Focus:*


Su mente es un remolino. Su corazón la entereza, sus manos la creación de sus letras, sus ojos la luz que le guía, sus pies el aterrizaje necesario después de que sus alas se han perdido.

Esos rizos alocados que coronan su cabeza, son las antenas que le conectan con el universo que ha cambiado la alineación de su estancia y su ser. No encuentra ese cobijo con pertenencia. Le extravía ver horizontes a donde ir.

En una burbuja se ha apostado. Desde adentro parece reconfortante, a pesar de que afuera el fuego cruzado, atemoriza. Vuelve a sí, para recomponerse.

No hay manos ajenas cerca, ni latidos que puedan arrullar su insomnio, pero tiene cierto que también se acostumbrará a ese espacio vacío que percibe cada noche en su almohada y quizás deje de cuestionarle al viento ¿dónde estás?

Nada, así canta este día nublado…