*:Alter - Focus:*
No había hecho ningún alto para pensar en las cosas que han sucedido en los meses recientes, en las horas que se diluyen en cada roce de estas teclas, las únicas que escuchan mis pensamientos inquietos, desde hace varias noches en que el insomnio ha visitado esta casa helada.
Hay corazones que siguen latiendo, como el mío que no dejaba de palpitar sin cuestionarse, y sin embargo, presentía que en algún momento debía analizar que ese movimiento no estaba acompañado por un compás similar a su derecha.
¿Quiénes se van y quienes se quedan? Parece que se han alejado de este plano seres que he entendido que están a pesar de no poder verles, mientras que quienes están, sólo algunos se confirman constantemente, cuando otros, aparecen esporádicamente, y quizás, ya no lo hagan más.
El tiempo no se detiene, y voy de su mano. Están los que quieren, se van quienes lo creen preciso, pero sigo en movimiento, avanzando, decayendo, pero levantando cada paso que se atora entre el empedrado en que se lastiman las heridas abiertas, pero llegaré hasta el mar para lavarlas en su sal, y aunque duelan, tengo la certeza de que cerrarán.
Decepciones tal vez siempre, dolores también, pero esta sonrisa entusiasta es lo que me pertenece, lo que nadie podrá borrar, lo que doy desde el fondo de mi corazón, mi mejor gesto, el mejor regalo.
Aunque duela-sigo, aunque extrañe-persisto, aunque las esperanzas se evaporen-creo, aunque vaya en contra del viento-vuelo, aunque llore-sonrío, aunque no estés-continúo sin una vuelta, sabiendo que dejé en ti lo que soy, completamente, sin duda de por medio, sin esperar nada a cambio.
Recuerdos me implotan, me construyen a diario, a ese que dibujo en varias tintas, de manera que me convenzo todas las mañanas, de que algo bueno y maravilloso me ocurrirá, aunque haya noches en que me desfragmente para entender, por qué no fue.
No había hecho ningún alto para pensar en las cosas que han sucedido en los meses recientes, en las horas que se diluyen en cada roce de estas teclas, las únicas que escuchan mis pensamientos inquietos, desde hace varias noches en que el insomnio ha visitado esta casa helada.
Hay corazones que siguen latiendo, como el mío que no dejaba de palpitar sin cuestionarse, y sin embargo, presentía que en algún momento debía analizar que ese movimiento no estaba acompañado por un compás similar a su derecha.
¿Quiénes se van y quienes se quedan? Parece que se han alejado de este plano seres que he entendido que están a pesar de no poder verles, mientras que quienes están, sólo algunos se confirman constantemente, cuando otros, aparecen esporádicamente, y quizás, ya no lo hagan más.
El tiempo no se detiene, y voy de su mano. Están los que quieren, se van quienes lo creen preciso, pero sigo en movimiento, avanzando, decayendo, pero levantando cada paso que se atora entre el empedrado en que se lastiman las heridas abiertas, pero llegaré hasta el mar para lavarlas en su sal, y aunque duelan, tengo la certeza de que cerrarán.
Decepciones tal vez siempre, dolores también, pero esta sonrisa entusiasta es lo que me pertenece, lo que nadie podrá borrar, lo que doy desde el fondo de mi corazón, mi mejor gesto, el mejor regalo.
Aunque duela-sigo, aunque extrañe-persisto, aunque las esperanzas se evaporen-creo, aunque vaya en contra del viento-vuelo, aunque llore-sonrío, aunque no estés-continúo sin una vuelta, sabiendo que dejé en ti lo que soy, completamente, sin duda de por medio, sin esperar nada a cambio.
Recuerdos me implotan, me construyen a diario, a ese que dibujo en varias tintas, de manera que me convenzo todas las mañanas, de que algo bueno y maravilloso me ocurrirá, aunque haya noches en que me desfragmente para entender, por qué no fue.
Si tu me faltas, solamente me quedan cuentos compartidos...