*:Alter - Focus:*
Publicado en Marzo 30, 2008
Periódico El Corregidor
Por Ana Soria
Los espacios para las expresiones musicales no son una realidad para algunos jóvenes en Querétaro, por eso buscan clandestinamente los escenarios en donde poder exponer sus creaciones, aunque por lo regular no les resulta sencillo.
En bares, salones de fiesta o en casas, organizan “fiestas privadas”, en donde la autoridad está impedida para ingresar, a menos que se les reporte algún incidente de riesgo para la comunidad cercana.
La noche de este viernes, se canceló la tocada de tres bandas de hardcore, en el bar 201 ubicado en la calle de Morelos en el centro histórico de la capital queretana, debido a que los vecinos se quejaron “del ruido”.
10 Elementos de guardia municipal e inspectores municipales acudieron al lugar, en donde estaban más de 200 jóvenes de distintos grupos: punketos y emos principalmente, y tras una hora de tocada, les cancelaron la diversión.
La mayor parte de ellos con sus atuendos oscuros –como color básico -, se encontraban afuera del bar, platicando y a la expectativa del movimiento de las autoridades. En apariencia, la mayor parte de los jóvenes eran menores de edad, aunque no es un dato certero ya que no se preguntó a cada uno.
El jefe de región de la guardia municipal, Eric Martínez, informó que su presencia fue preventiva y en espera de los inspectores para que entraran y salieran del bar.
“Estamos atendiendo el llamado de los vecinos, se encontraba algo de fuerte la música y no sabemos bajo que condiciones estaba trabajando este evento, Inspección está tomando cartas en el asunto, nosotros nada más estamos soportando un rato en lo que llegan”.
Adentro, los miembros de las bandas, se encontraban guardando sus instrumentos musicales, los inspectores analizaban el lugar e investigando si se había vendido alcohol, mismo que al parecer no encontraron – no hubo un reporte oficial -, porque en la barra sólo había sodas en vasos.
Alejandro Árias – uno de los orgnizadores -, logró conseguir que uno de sus amigos le prestara el salón de su casa para continuar con la fiesta, así que acordó con las agrupaciones provenientes de Querétaro, San Luis y Aguascalientes, un traslado para continuar tocando.
En entrevista, manifestó su inconfomidad por que en Querétaro, no existen espacios para poder llevar a cabo eventos como estos, sobre todo por las exigencias a las que se enfrentan cuando explican que son tocadas.
- ¿Hacen falta espacios? -.
“Sí, para organizar una tocada debes buscarle muy bien en algún lugar porque te cobran muy caro, son muy exigentes, siempre quieren que sea a su manera, entonces yo opinaría que el gobierno abriera un lugar especial para este tipo de eventos que se arreglara con los orgainzadores, para ver la renta, el tiempo y todo eso, para que no tuvieramos problemas de ese tipo, porque sino hubiera encontrado lugar en donde hacer el evento, no sé que hubiera pasado”.
No obstante, reconoció que no ha habido un intento de acercamieno, ni de los jóvenes con la autoridad, ni viceversa.
Y es que su amigo Sergio – con quien organiza estos conciertos de hardcore -, señaló que es complejo que se entienda la finalidad de ellos, porque son mal vistos, ya que vinculan el género musical con problemas.
“Por la música, porque somos jóvenes, piensan que no sabemos organizarnos”.
- ¿Creen que puede formentar pleitos? -.
“(Es así porque) no saben, pero nosotros en sí promovemos no drogas. Nunca te rentan un bar porque piensan que vas a destrozarlo, y no saben que uno sólo va divertirse y a promover cosas nuevas”.
De hecho Sergio llevaba dos cruces en el dorso de sus manos, un símbolo que significa: “Straight Edge, no drogas, no alcochol, no sexo promíscuo”, una filosofía que no tiene que ver con ninguna religión.
La filosofía Straight Edge es en pocas palabras, respeto, aunque cada uno lo interprete a su manera, la esencia es esa, y es que busca que la autenticidad de la persona, sin seguir el estilo de vida de nadie, y sin limitar a nadie, cada quien debe pensar y decidir por si mismo.
Sin embargo, es el aspecto – en su moda y en los acordes musicales -, lo que consideró que escandaliza a las personas.
Y es que desde el pasado 7 de marzo en que se atacó a los emos, hay cierta inquietud entre algunos ciudadanos cuando observan concentraciones numerosas de jóvenes, y este viernes había miembros de esta cultura en la tocada.
Alejandro Árias, negó que hubiese - en ese momento - un problema con emos, pues dijo que esa bronca ha quedado en el pasado, “eso ya se acabó, ya hubo dos eventos la semana pasada con bandas de emos, nosotros tocamos también con ellos y ya, ese problema ya quedó atrás”.
Sobre la calle de Morelos los jóvenes se alistaban para trasladarse a una colonia al sur de la capital, caminando o en sus autos, para continuar escuchando las creaciones musicales de las tres bandas, para saldar su cover de 50 pesos que les cobraron en la entrada del bar.
Los músicos cargaban las camionetas con sus instrumentos musicales y los vecinos se asomaban por las ventanas y puertas de sus casas, los policías mantenían la torreta prendida, y los inspectores realizaban las últimas observaciones al interior del inmueble.
Al final, todos se retiraron del lugar, sin incidente alguno, a pesar de que la alerta a medios de comunicación fue que había nuevamente un problema con emos.
Publicado en Marzo 30, 2008
Periódico El Corregidor
Por Ana Soria
Los espacios para las expresiones musicales no son una realidad para algunos jóvenes en Querétaro, por eso buscan clandestinamente los escenarios en donde poder exponer sus creaciones, aunque por lo regular no les resulta sencillo.
En bares, salones de fiesta o en casas, organizan “fiestas privadas”, en donde la autoridad está impedida para ingresar, a menos que se les reporte algún incidente de riesgo para la comunidad cercana.
La noche de este viernes, se canceló la tocada de tres bandas de hardcore, en el bar 201 ubicado en la calle de Morelos en el centro histórico de la capital queretana, debido a que los vecinos se quejaron “del ruido”.
10 Elementos de guardia municipal e inspectores municipales acudieron al lugar, en donde estaban más de 200 jóvenes de distintos grupos: punketos y emos principalmente, y tras una hora de tocada, les cancelaron la diversión.
La mayor parte de ellos con sus atuendos oscuros –como color básico -, se encontraban afuera del bar, platicando y a la expectativa del movimiento de las autoridades. En apariencia, la mayor parte de los jóvenes eran menores de edad, aunque no es un dato certero ya que no se preguntó a cada uno.
El jefe de región de la guardia municipal, Eric Martínez, informó que su presencia fue preventiva y en espera de los inspectores para que entraran y salieran del bar.
“Estamos atendiendo el llamado de los vecinos, se encontraba algo de fuerte la música y no sabemos bajo que condiciones estaba trabajando este evento, Inspección está tomando cartas en el asunto, nosotros nada más estamos soportando un rato en lo que llegan”.
Adentro, los miembros de las bandas, se encontraban guardando sus instrumentos musicales, los inspectores analizaban el lugar e investigando si se había vendido alcohol, mismo que al parecer no encontraron – no hubo un reporte oficial -, porque en la barra sólo había sodas en vasos.
Alejandro Árias – uno de los orgnizadores -, logró conseguir que uno de sus amigos le prestara el salón de su casa para continuar con la fiesta, así que acordó con las agrupaciones provenientes de Querétaro, San Luis y Aguascalientes, un traslado para continuar tocando.
En entrevista, manifestó su inconfomidad por que en Querétaro, no existen espacios para poder llevar a cabo eventos como estos, sobre todo por las exigencias a las que se enfrentan cuando explican que son tocadas.
- ¿Hacen falta espacios? -.
“Sí, para organizar una tocada debes buscarle muy bien en algún lugar porque te cobran muy caro, son muy exigentes, siempre quieren que sea a su manera, entonces yo opinaría que el gobierno abriera un lugar especial para este tipo de eventos que se arreglara con los orgainzadores, para ver la renta, el tiempo y todo eso, para que no tuvieramos problemas de ese tipo, porque sino hubiera encontrado lugar en donde hacer el evento, no sé que hubiera pasado”.
No obstante, reconoció que no ha habido un intento de acercamieno, ni de los jóvenes con la autoridad, ni viceversa.
Y es que su amigo Sergio – con quien organiza estos conciertos de hardcore -, señaló que es complejo que se entienda la finalidad de ellos, porque son mal vistos, ya que vinculan el género musical con problemas.
“Por la música, porque somos jóvenes, piensan que no sabemos organizarnos”.
- ¿Creen que puede formentar pleitos? -.
“(Es así porque) no saben, pero nosotros en sí promovemos no drogas. Nunca te rentan un bar porque piensan que vas a destrozarlo, y no saben que uno sólo va divertirse y a promover cosas nuevas”.
De hecho Sergio llevaba dos cruces en el dorso de sus manos, un símbolo que significa: “Straight Edge, no drogas, no alcochol, no sexo promíscuo”, una filosofía que no tiene que ver con ninguna religión.
La filosofía Straight Edge es en pocas palabras, respeto, aunque cada uno lo interprete a su manera, la esencia es esa, y es que busca que la autenticidad de la persona, sin seguir el estilo de vida de nadie, y sin limitar a nadie, cada quien debe pensar y decidir por si mismo.
Sin embargo, es el aspecto – en su moda y en los acordes musicales -, lo que consideró que escandaliza a las personas.
Y es que desde el pasado 7 de marzo en que se atacó a los emos, hay cierta inquietud entre algunos ciudadanos cuando observan concentraciones numerosas de jóvenes, y este viernes había miembros de esta cultura en la tocada.
Alejandro Árias, negó que hubiese - en ese momento - un problema con emos, pues dijo que esa bronca ha quedado en el pasado, “eso ya se acabó, ya hubo dos eventos la semana pasada con bandas de emos, nosotros tocamos también con ellos y ya, ese problema ya quedó atrás”.
Sobre la calle de Morelos los jóvenes se alistaban para trasladarse a una colonia al sur de la capital, caminando o en sus autos, para continuar escuchando las creaciones musicales de las tres bandas, para saldar su cover de 50 pesos que les cobraron en la entrada del bar.
Los músicos cargaban las camionetas con sus instrumentos musicales y los vecinos se asomaban por las ventanas y puertas de sus casas, los policías mantenían la torreta prendida, y los inspectores realizaban las últimas observaciones al interior del inmueble.
Al final, todos se retiraron del lugar, sin incidente alguno, a pesar de que la alerta a medios de comunicación fue que había nuevamente un problema con emos.
Fotos: Ana Soria