Recuerdo las apuestas que hacíamos mi grupo de amigos "el muégano" y yo, a 6 meses de concluir con nuestra carrera universitaria... Mi amigo Mario le decía a Aglita que se embarazaría antes de salir y tendríamos que ir todos a la boda hasta "Rasposel" (San José) y así ibamos ubicando en una escala quienes se casarían primero que otros... por supuesto no figuraba en los primeros lugares por mi forma de pensar respecto a ese estado civil de una persona.
La verdad es que todas esos pronósticos avalados por la baraja de Aldo una de las tantas noches que nos íbamos a platicar a la casa de Mario, hoy son diferentes.
Aglita no se ha casado, pero sigue saliendo con el mismo Fuji de hace como 6 años... Mario va a ser papá y hace poco que Kiki tocó el timbre de casa mientras me bañaba y me dejó en puerta la invitación para su boda con Clau, la niña que conoció en la facultad y quien lo invitó a salir en su primera cita porque él, no se animaba.
Debo anticipar que Kiki es como mi hermanito menor que nunca tuve porque yo soy la más peque de mi familia... y me dió mucho gusto que ya esté en ese paso y al mismo tiempo sentí un nudote en la garganta, porque mientras el ya dió un pasote en el aspecto sentimental, me veo y sigo instalada en el mismo estado... tengo miedo enamorarme.
Pero ese no es el punto que quiero abordar en este post... el caso es que las "profecías del muégano" comenzaron a sutir efecto a partir de que dejamos nuestra "Alma Mater", asegurabamos que seguiríamos frecuentándonos a pesar de nuestras labores, pero sabíamos que eso no sería así, porque trabajar para medios, no es nada más, "¡Hay, ya terminé mi nota y ya me voy!, es una profesión que te convierte en "una persona obligadamente disponible"... nos hemos seguido viendo, pero por periodos más espaciados y eso, para mí ha sido doloroso.
Doloroso porque es el grupo de amigos con el que fui a darle la vuelta al mundo en sentido figurado, eramos tan diferentes y al mismo tiempo teníamos tantas coincidencias, en cuanto al gusto por el cine, arte, lectura, etcétera, pero las opiniones resultaban todo un debate al haber tantas formas de pensar... me acostumbre a ir con ellos al cine, al café en vips cuando sólo teníamos 10 pesos para pagar cada uno y por esos pesitos, nos servían las tazas que queríamos y salíamos del lugar hasta que nos corrían por hacer escándalo; los viajes a Acapulco, Puebla y Concá, no hubieran sido lo mismo sin esa bola.
Todos esos momentos vinieron a mi cabeza, es tan padre verlos ahora, cuando nos encontramos en medio de la "trinchera", que cuando los abrazo siento que los deshago, pero me doy cuenta de que ya no somos los mismos.
Le prometí a mi amiguito que iría "muy linda" a su boda, así que ahora el chistesito será salir a la peregrinación en la búsqueda de un vestido adecuado, pero ante todo cómodo para esas ocasiones, por mí me llevaba mis jeans de mezclilla y mis tenis favoritos, pero entiendo que es una ocasión especial y en ese sentido lo viviré.
Después de dejar la invitación en casa, me llamó apenado porque solo me había dejado un boleto para la fiesta, pero me dijo "si necesitas otro, luego te lo mando"... yo creo que mi amigo previo que yo no tenía a alguien a quien invitar, así que le dije, "no te preocupes, no hay pareja por el momento".
Hoy me llamó mi amiga Leslie, parte del muégano para ponernos de acuerdo para ir por los vestidos, junto con la otra mico, somos el trio de "las ñoñas", así nos decían nuestos compañeritos... y haciendo un recuento de los escenarios de estudiantes universitarias a esta etapa, la tendencia emocional se quedó para las tres en pausa en la banca de los "picapiedra", cuando platicabamos acerca de que no sería fácil encontrar una pareja y decíamos "¡sí, pues wow!, sin el más mínimo interés de encontrarlo... pero hoy, he de admitirlo, las tres coincidimos en que nos hacen falta unos chicos decentes que nos quieran y a quien querer, pero al no haber en este capítulo de nuestra existencia, iremos juntas por el vestido, al salón para el detalle de peinado y maquillaje, a la fiesta donde estaremos sentadas en la misma mesa mofándonos de todos y así regresaremos a casa, haciéndonos y no mil preguntas que no diremos, ni responderemos, al menos no, en ese momento.
Mi muégano muta
hay anclas que hay que despegar
del otro lado del cuarto de los recuerdos
hay que avanzar al presente
a pesar de no tener
todo, porque al mismo tiempo
hay cosas que se temen vivir
y que aparte, no terminan por llegar...
Dedicado al Muégano:
Aglita, Moni, Leli, Aldo,
Kiki, Rode, Leopardo, Benja,
Kiki, Rode, Leopardo, Benja,
Mario, Rañel, Arturo, Gabo y yo"