septiembre 14, 2009

Lo que él es..

*:Alter - Focus:*


Sus pasos se han convertido en un murmullo nocturno,
escondido y de pronto tan cercano que asusta.
Sus ojos son como lámparas fulminantes de la oscuridad,
de las expresiones que no requieren voces
porque en un pestañeo simple, gritan tristezas,
alegrías o satisfacciones intimidantes.
Sus manos se ajustan a los ángulos de ese cuerpo siempre helado,
avanzan como si hubiese trazado las curvaturas desde que era barro.
Sus respiros entrecortados, a veces ausentes
otras fastidiados, cansados o excitados
buscan despegarse de este plano,
de pronto recuerdan que no es el momento y vuelven.
Sus dudas, afirmaciones, necedades, búsquedas,
dicen que su luz avanza a la conciencia,
pero ni siquiera por voluntad propia
sino por decreto de la historia.
No busca estar pero se queda,
huye, pero no olvida y vuelve,
sonríe con reserva, pero se entrega,
dice que miente, pero eso también es falso,
se cree oscuro, cuando es transparente,
contundente pero cauteloso.
Su mirada lo grita, aunque sea silencioso,
lo sé, le he observado.


Amanecí recordando algunas letras de mi infancia, entre ellas a quien está y ES a pesar de no estar, a quien puedo decir Creo en tí.

septiembre 11, 2009

La crisis genera dudas…

*:Alter - Focus:*

Columna Sin reticencias
Publicada en el Periódico El Corregidor
Septiembre 11, 2009


Por Ana Soria

La planeación del crecimiento de las ciudades, debe ir aparejada a muchas cosas, como una buena economía, un buen uso del gasto público, oportunidad de educación, de empleo, y claro, una cultura familiar que nos haga aprovechar un panorama así para contribuir en cadena a que se mantenga el ritmo ascendente.

Pero tal vez este esquema no lo tiene ninguna ciudad del mundo, a pesar de haber primer, segundo y tercer mundo, se visualiza que hasta en los que caminan en el primer eslabón existe pobreza e inseguridad, que parecen los conceptos imborrables del diccionario.

Pero si eso pasa allá, lo que sucede acá parece cada vez más riesgoso. Dicen que Querétaro es una ciudad segura, eso porque se comparan con entidades en donde la delincuencia organizada y el narcotráfico nos muestran muertes como el pan de cada día.

Pero ¿qué sucede con los delitos menores?. Recientemente me contaron que “una amiga” que salió a correr cerca del Monte de Piedad –tan concurrido por los delincuentes-, fue asaltada por un tipo que solo le pidió lo que ya sabía que llevaba, un celular y unas cuantas monedas, que no resulta un gran monto, pero parece que la crisis ha llevado a delinquir a algunos.


Enfrente al Monumento a Colón, en la Alameda, no sólo se reportan asaltos constantes, sino que los susurros hablan de acontecimientos mortales que por supuesto, ante la falta de una denuncia no se han dado a conocer.

No hay denuncia, es la consecuencia, y la coincidencia es que se da en las personas sencillas que son quienes más desconfían de las autoridades, y si esto sucede, la suposición creativa da para cuestionar, ¿qué más pasa y no nos enteramos?.

Por ende, la gran seguridad de la que habla el discurso oficial, no es tan real.

La película de Gomorra del director italiano Matteo Garrone, antela lo que sucede en una sociedad en donde los grupos delincuenciales no son controlados, y en la frenta diaria por abarcar el territorio para la venta de “sus productos”, todo resulta un riesgo mortal para casi cualquiera.

Riesgo para incursionar en una vida “pesuda” pero con el sello mortal ante el enemigo, y el que los jóvenes cada día se involucren en éstas labores ante la falta de caminos para el desarrollo, en medio de la cotidianidad, las cabezas siguen cayendo.

Pensé en el espejo de México, y recordé el cuestionamiento que me hizo el abogado del diablo alguna vez:

¿Quién es más delincuente?

¿Los gobernantes? por no dar soluciones a la situación económica, al desempleo.

¿O los narcotraficantes que dan recursos a las personas “que lo necesitan” –ante este escenario-.

El bando celestial me contestó una vez ante esta duda que sigue vigente, que “la causa no justifica los medios”.

¿Usted que analiza?.

Nos leemos en la siguiente.
anna_sori@hotmail.com

septiembre 08, 2009

De adentro hacia afuera...

*:Alter - Focus:*


Afuera el frío del otoño comienza a dejar sus primero rastros en las gotas de la llovizna que moja el asfalto de la calle en la que ya no hay murmullos, ni siquiera la de los perros y gatos en los tejados, más bien, suena a una ciudad que comienza a dormirse en el transitar de las luces celestiales que se mueven centímetro a centímetro, para dar paso a las pinceladas de una mañana que se antoja helada.

Tan fría como las noticias sorpresivas y angustiantes que han llegado a sus oídos casi consumidos por los silencios a los que desea descifrar, para entender porque es el estado en el que su estancia es más placentera que el tener que decir para demostrar.

No cabe duda que este mundo es el de las palabras, para agradar o para odiar solo hace
falta angular los enunciados con el verbo adecuado, y sin embargo, en los silencios está la calma, la sabiduría, la conciencia, el amor y la salud para continuar en este mundo que aparentemente se deshace porque no encuentra la ecuación adecuada, para la solución iluminada a sus males.

Pero no es una situación numérica, porque aunque estemos gobernados por los números, esta es la era de la conciencia, y a la vez de volver a creer en las pequeñas cosas, casi como regresar a la sensibilidad infante para poder cambiar.

El cáncer, una palabra tan fuerte la abruma, lejana y pegada en un ser querido que no desea ver en otro plano que no sea este, aunque suene a una afirmación egoísta, lo cierto es que teme que su mundo vuelva a quedarse tan oscuro y árido como la caverna del viejo cerro en el que sollozó alguna vez.

Sin embargo, las palabras de los sabios y de sus lecturas, le han hecho recordar lo que aseguraba Jung en su momento: "quien mira afuera duerme, quien mira hacia adentro despierta", una ventana que no conduce al egocentrismo, sino a la reconstrucción de la implosión.

Ausencias de pronto, cuestionamientos a diario. La energía de este planeta se está transformando, nos hace sentir nuevamente sensaciones que parecían extintas en el mapa de nuestro esqueleto.

Hay luces que se van apagando cuando nuestros sentimientos por alguna razón son eliminados, y en la tarea de la experiencia, concebimos que es mejor no mostrarlos más por el dolor que nos provocaron en su momento.

Ahí, debajo de la gran coraza que se arma para protegernos están temerosos de exponerse nuevamente a una caricia, una mirada, a palabras que preferimos que no sean mencionadas porque lastiman cuando esos aprisionados desean salir a aceptar, pero la razón siempre los devuelve a su guarida.

Las cosas cambian, siempre se mezclan y dentro de lo malo, siempre hay una parte buena que hace el equilibrio, sin embargo a veces no arriesgamos porque preferimos asegurarnos de que mostrarnos no equivaldrá a una herida más. Ver su mano cerca tal vez ayudaría un poco más.

La quietud sigue afuera, y mis dedos no han podido dejar de teclear lo mucho que han reservado. A veces me ausento, pero mi mente siempre está en constante movimiento, pensando, creando, descifrando, entendiendo, cuestionando.

Este siempre será mi mejor refugio en letras. Estoy de vuelta.